Cada vez es mayor el número de mujeres solas que, por distintos motivos, eligen esta opción para ver realizado su deseo de ser madres.
En nuestro país, la anterior Ley 35/1988 ya permitía estos tratamientos. En el artículo 6 de la vigente Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida se indica que: “Toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad de obrar podrá ser receptora o usuaria de las técnicas reguladas en esta Ley, siempre que haya prestado su consentimiento escrito a su utilización de manera libre, consciente y expresa.”
Nuestro objetivo es que el primer contacto con el tratamiento sea lo más natural y sencillo posible. En primer lugar se concierta una entrevista con el médico ginecólogo que será responsable de su tratamiento, determinando entonces el procedimiento más adecuado para su caso. Las opciones de tratamiento son principalmente la inseminación intrauterina con semen de donante (IAD) o la fecundación in Vitro (FIV).
El tratamiento más frecuente aplicado a mujeres sin pareja es la IAD. La probabilidad de quedar embarazada con esta técnica es exactamente la misma que en una relación sexual con pareja siempre y cuando esta opción de tratamiento se considere dentro de la edad fértil de la mujer.
El resto de tratamientos se aplicarían sucesivamente si no se lograra embarazo y la paciente quisiera cumplir sus deseos de maternidad o en el caso de que esté desaconsejada clínicamente la IAD.
Una de las principales incógnitas de las parejas es cuánto deben esperar para realizar una consulta con el especialista en fertilidad. La respuesta está en el hecho de que una pareja, sin problemas reproductivos, tiene una posibilidad de aproximadamente un 25% de conseguir un embarazo por mes. Por lo general el estudio de la pareja se inicia cuando han pasado al menos entre 10 meses y 1 año sin conseguir un embarazo. Cabe destacar que no todos los casos son iguales y que no en todas las parejas es necesario aguardar este tiempo, tal es el caso de aquellas pacientes que tienen ya un trastorno conocido a nivel reproductivo.
Por lo general el diagnóstico del problema puede llevar 2 o 3 meses, y una vez transcurrido este tiempo el especialista debe encaminar la terapéutica en base a dicho diagnóstico para lograr el embarazo.
Dentro de nuestro equipo contamos con un ginecólogo especialista en medicina reproductiva para tratar a la mujer, un andrólogo encargado de la infertilidad masculina, un psicólogo para aquellos pacientes que necesitan un acompañamiento de este tipo y los obstetras de alto riesgo encargados del seguimiento de los embarazos del Instituto.
Monitoreo ecográfico
En cualquier centro de reproducción, el ecógrafo, es un instrumento indispensable tanto para el diagnóstico como así también para el tratamiento de la pareja infértil.
Desde el punto de vista del diagnóstico, la ecografía transvaginal es utilizada para hacer el seguimiento ovulatorio de una mujer o también si se realiza del primero al quinto día del ciclo, el especialista puede evaluar la reserva ovárica mediante el conteo de folículos antrales.
En cuanto a tratamiento se refiere, el monitoreo ecográfico es de gran utilidad, en baja complejidad la ecografía permitirá evaluar el número como así también el tamaño de los folículos estimulados. Este hecho es clave ya que es el principal instrumento que disminuye el riesgo de embarazo múltiple.
En fertilización in Vitro, la ecografía además de observar el tamaño y número de folículos, permite correlacionarlos con los valores de estradiol obtenidos de la paciente. Por último la ecografía transvaginal sirve de instrumento para llevar a cabo la captación ovular, hecho fundamental durante un procedimiento de alta complejidad.
El estudio en todos los casos debe ser de los dos integrantes de la pareja ya que estadísticamente en un 30% de los casos el problema puede estar asociado a la mujer, en otro 30% puede estar relacionado con el hombre, en otro 30% el problema existe en ambos y en un pequeño porcentaje de aproximadamente un 10%, los estudios básicos del matrimonio son de características normales, esto es lo que denominamos esterilidad sin causa aparente.
Dentro de los estudios básicos se encuentran, el espermograma, que permite evaluar las características seminales en el varón, y en base a esto junto con el examen físico el andrólogo decidirá si es necesario completar con otros estudios.
En la mujer es necesario solicitar un perfil hormonal tanto ginecológico como así también tiroideo, una histrosalpingografía, examen complementario que nos brinda información acerca del estado de las trompas de Falopio, un estudio de ovulación y una ecografía para corroborar las características anatómicas del aparato reproductor. Existen también las pruebas en conjunto, como lo es el test de Sims- Huner que permiten observar el comportamiento de los espermatozoides en el moco femenino.
Laparoscopía
Es una técnica quirúrgica que permite examinar el abdomen por dentro, a través de una pequeña incisión que se practica a nivel umbilical. Puede ser:
Sus ventajas principales son:
Se realiza en quirófano y con anestesia general. Consiste en la introducción de una óptica y una pequeña cámara que permite la visualización de la pelvis por parte del cirujano y su equipo.
Histeroscopía
Esta técnica permite examinar el interior del aparato genital femenino.
Permite observar la cavidad uterina y eventualmente confirmar la sospecha de lesiones, adherencias, pólipos, malformaciones, tabique, extirpación de ciertos tipos de fibromas, etc.
Sus ventajas principales son:
No deja cicatrices, ya que se realiza por vía vaginal.
Es un procedimiento rápido, especialmente cuando es de carácter diagnóstico.
En algunos casos puede realizarse en el consultorio.
Permite realizar un diagnóstico preciso, por observación directa.
La recuperación dura de 2 a 4 horas.
El dolor es similar al de una menstruación, durante las primeras horas.
No requiere más que algún leve analgésico y se puede hacer vida normal a las 24 horas post cirugía.
Se realiza colocando un espéculo por vía vaginal, a través del cuello del útero una óptica y una pequeña cámara que permite la visualización por parte del cirujano y su equipo
Se la indica habitualmente cuando:
Desde el primer caso publicado de inseminación con semen de donante en 1909, una gran cantidad de mujeres ha buscado el embarazo con esta técnica. La inseminación terapéutica con semen de donante (ITD) logra más de 10.000 nacimientos al año en U.S.A.
En la actualidad se recomienda el uso de semen de donante criopreservado, con cuarentena mínima de 6 meses para evitar el riesgo potencial de transmitir el HIV. Esto obliga a seleccionar donantes cuyos espermatozoides puedan sobrevivir mejor a la criopreservación.
Indicaciones
La inseminación terapéutica con semen de donante es una opción válida para muchas causas de infertilidad: azoospermia, oligospermia severa, baja motilidad espermática, teratospermia, vasectomía con mal pronóstico de reversibilidad o fracaso de reversión quirúrgica, enfermedad genética conocida del hombre, mujeres severamente sensibilizadas al RH con una pareja RH+, hombres con disfunciones eyaculatorias incorregibles y secundarias a traumatismo, cirugía, medicación, enfermedad neurológica, daño medular, etc.; y es una opción reproductiva luego de quimioterapia contra el cáncer.
Evaluación de la mujer antes de ITD
Las parejas que consultan para ITD deberían ser sometidas a una breve evaluación de fertilidad femenina antes de invertir dinero, tiempo y expectativas.
Se lleva a cabo un interrogatorio y un examen físico, haciendo hincapié en factores de infertilidad o trastornos que podrían complicar un embarazo. Se obtiene una curva de temperatura basal durante un período de uno a dos meses para estimar la duración de la fase lútea y el momento ovulatorio. Podrán obtenerse análisis para detectar enfermedades de transmisión sexual en la futura receptora, a discreción de los centros y /o los médicos.
Matching donante-receptora
La homologación (matching) fenotípica con el hombre incluye estatura, color de ojos, color de pelo, raza, contextura física y grupo sanguíneo y factor RH. En algunos centros de otros países se obtienen fotografías de donantes y receptoras para asistir en el proceso de selección de muestras para inseminación.
Los tipos sanguíneos (grupo y factor) se seleccionan para que el tipo sanguíneo del niño/niña sea compatible con el de la pareja receptora. Los tipos sanguíneos son específicamente homologados cuando la receptora es RH- y ha sido previamente sensibilizada al antígeno RH. Cuando la mujer es RH- pero no está sensibilizada es preferible, aunque no imprescindible, un donante RH-.
Técnicas de inseminación
Luego de evaluar dos ciclos de temperatura basal se inician las inseminaciones, generalmente dos por ciclo, controlando el moco cervical. Con la aparición de los kits para detección de LH urinaria, esto puede reducirse a una inseminación por ciclo. En pacientes con ciclos irregulares y/o ciclos anovulatorios se induce la ovulación con citrato de clomifeno o gonadotrofinas coriónicas y se evalúa la respuesta con ecografía para lograr una sincronización adecuada de las inseminaciones, generalmente provocando la ovulación con hCG.
Deberá evaluarse cada muestra de semen para inseminación con el objeto de determinar la motilidad pos descongelamiento y colocarse aproximadamente 0,3 ml en el canal cervical y el resto en la zona peri cervical, o en un “cap” o manteniendo el espéculo colocado en la vagina para una adecuada interacción moco-semen durante aproximadamente 5 a 10 minutos.
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